El chiste de las competencias no nos hace ni puta gracia

El último accidente en la vía dieciochesca llamada N-120 se cobró la vida de una ciudadana alemana que junto a su pareja hacía un particular Camino de Santiago en una roulotte de la que tiraba un tractor.




Estado de vehículo y remolque. Fuente: Redecilla Calle y Camino
Lo que para ellos seguramente hubiera sido un viaje de en sueño que contar a sus hijos y amistades al regresar a su Alemania amada no pudo ser mas que una pesadilla con el peor de los finales en el peor país en el que pudo haber ocurrido, que no es otro que, adivínenlo, España, este país de chiste y pandereta en el que la poltrona de un político se cuida más que una vida.


Triste, pero acostumbradamente, una vez más un camión vuelve a ser el villano de la historia, un villano de buen corazón, pero empujado a hacer el mal por la influencia de un tercero venido a menos, con síndrome de inferioridad, a quien nadie quiere pero todos necesitan, víctima del olvido y abandonado a sus suerte por un cuarto (PP) y quinto (PSOE): su nombre es una letra y su apellido son tres números.


45 largos minutos tardó el equipo burgalés del 112 en llegar, cuando el equipo riojano seguramente hubiera tardado menos de la mitad, pero nos encontramos con una frontera administrativa que un cabellaero marcó en 1833 a lomos de un brioso corcel, y que gracias a las bondades de la transición en el que había que pagar favores prestados en los tiempos de Paquito pantanos el territorio afectado pasó a formar parte de un cortijo muy grande, en el que el más tonto se muere de hambre.


Fueron los vecinos de Redecilla del Camino los que, mientras los minutos pasaban, hicieron el trabajo del 112, trabajo que nadie les agradecerá. Se lo pagarán, nos lo pagarán, con más olvido institucional. El camionero estuvo encerrado la friolera de cuatro horas en su cabina, y no sabemos nada del tiempo que tardaría a llegar al hospital de la capital burgalesa con todos sus compañeros de gremio con los huevos de corbata conduciendo lentamente para intentar no  caerse por la curva de El Morro o no perder los nervios al leer los carteles que advierten de un punto de concentración de accidentes que han crecido como setas, que es en lo único que el estado se ha dejado el dinero en esta vía tercermundista durante más de 20 años.


Camionero y alemán se recuperan ahora mismo en el hospital. El juzgado levantó el cadáver de la víctima pasadas 16 horas.


Tras 20 años de tomadura de pelo, nos preguntamos el número de la cuenta suiza a la que nuestros impuestos van a parar, y si el nombre de nuestro hijo o nieto será castellano, vasco o inglés. Seguramente nos lo aclararán en las próximas elecciones, cuando nos digan entre besos de Judas lo mucho que nos quieren y desean nuestro futuro y bienestar.


Desde El Tirón Digital lamentamos profundamente la muerte de esta mujer. 


En este grupo de Facebook se recopilan sucesos como estos, para que no olvidemos. 
http://www.facebook.com/group.php?gid=125217170833237

One Response to El chiste de las competencias no nos hace ni puta gracia

  1. Anónimo says:

    Enhorabuena por el artículo y el periódico

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Se educado y cordial, y recuerda que esto no es Sálvame